IMMANUEL KANT
De
radical importancia, comparable por su tarea con Sócrates. Nace en 1724 y muere en 1884 en
Königsberg, Prusia oriental, de donde nunca sale, es contemporáneo con la
revolución francesa. Luego de transitar por el Racionalismo y el Empirismo,
elabora su “Filosofía Crítica o
Trascendental” con la que renueva y hecha las bases para el pensamiento
moderno hasta hoy.
Frente
al Racionalismo que postula la
posibilidad de acceso a la realidad última de las cosas a través de la razón, y
sus “ideas innatas”, o el Empirismo
que declara como único conocimiento posible y legítimo el de los fenómenos
particulares a través de la experiencia que nos proporcionan los sentidos, Kant propone desplazar la mirada del objeto
como realidad cognoscible al sujeto como
realidad cognoscente.
Kant se pregunta entonces por la
esencia del conocer, respondiendo que “conocer
es elaborar cosas para que estén en condiciones de constituir objetos”. El
conocer significa elaborar el objeto,
actividad humana esencial donde el sujeto construye el objeto mediante un
discurso sustentable. No es
contemplación como decían los griegos, sino acción.
Para
que dicho conocimiento sea posible harán falta 2 factores:
1.
Una estructura de nuestra razón a priori (independiente de la
experiencia), encargada de “dar forma” a los objetos.
2.
Un material moldeable que proceda del exterior, “impresión”.
La Razón
entonces está constituida por formas a priori o “Intuiciones Puras”(tiempo y espacio), por un lado y “Categorías” o conceptos puros del entendimiento
(substancia, causalidad, unidad, pluralidad, etc.) por otro. Estas no provienen del objeto, son instrumentos o moldes que el sujeto
posee para aprehender los fenómenos.
El Material
son las impresiones, el estímulo que recibimos del exterior, un “caos de sensaciones”. No hay
conocimiento posible sin el encuentro de ambos, construir el objeto es ponerle forma al caos, donde lo determinante
en el conocer es el sujeto y no el objeto. Mas adelante Heidegger dirá que en
la elaboración del objeto nos hacemos sujetos.
Su amplísima obra comprende tratados sobre antropología, ciencia,
geografía, pedagogía, etc., pero lo fundamental son sus: Crítica de la Razón Pura (teoría del conocimiento), Crítica de la Razón Práctica (ética) y Crítica del Juicio (estética ).
CRÍTICA DE LA RAZÓN PURA
Aquí Kant explora los problemas
y formas del conocer y de la Metafísica ( relación del hombre con lo
inaccesible e indemostrable).
Divide el contenido en 2 partes:
1.
ESTÉTICA TRASCENDENTAL, es decir de las formas a priori de la
sensibilidad, la percepción y la sensación.
2.
LÓGICA TRASCENDENTAL, se ocupa de las condiciones a priori del
pensar.
·
Juicios
Son
las afirmaciones o negaciones que constituyen cualquier saber, o conocimiento.
Son estructuras enunciativas de
conceptos, constituidas siempre por Sujeto
y Predicado. Los divide en 3 tipos:
1.
JUICIOS ANALÍTICOS: son aquellos en los cuales el predicado se
deduce del sujeto, está de alguna manera contenido en él. Resultan a priori,
necesarios y universales.
2.
JUICIOS SINTÉTICOS: son aquellos en los que para determinar la
verdad o falsedad del predicado debemos recurrir a la verificación en la
experiencia. Resultan por lo tanto a posteriori, contingentes y particulares.
3.
JUICIOS SINTÉTICOS A PRIORI: con ellos Kant formula de que manera
se amplía el conocimiento. Son los postulados sintéticos a los que el hombre
otorga carácter universal y necesario, constituyendo así las “leyes” de la
naturaleza y de la ciencia. Son un acto creativo, cuya verificación se da a
posteriori.
·
Estética
trascendental
Todo
conocimiento busca tomar contacto con un objeto y se da en la intuición. Esta intuición (recepción) depende de la
existencia previa del objeto, y de la sensibilidad (formas a priori) que
condicionan al objeto intuido. Por ello todo
conocimiento es fenoménico (lo que se nos aparece). En la estética trascendental se estudian las intuiciones puras del espacio y tiempo.
·
Lógica
Trascendental
Se
ocupa de los procesos necesarios para el
paso de la intuición a la razón, es decir, de cómo el objeto es pensado.
Define al entendimiento como la facultad
de conocer mediante conceptos., donde emitir un juicio consiste en enlazar representaciones, arribando a
una síntesis. Las diferentes formas de enlazar constituyen las categorías. Todo conocimiento humano se
construye dentro de estos límites, ello implica que no existe el saber absoluto (Divino), no accedemos al conocimiento
de las “cosas en sí”.
Arriba
así a la Ontología, es decir, al “ser del ente”, pero no del ente como
objeto empírico, sino lo que hace ser al
ente, como pro-yecto (acción del hombre), sobre el material sensible. Así
el hombre establece las condiciones de objetividad (principios, marco,
horizonte) para que mediante un proceso de síntesis haya objeto.
·
Dialéctica
Trascendental
El conocimiento,
al ser fenomenológico, nunca es completo,
el hombre siempre tiende a ir más allá. La
Razón es la facultad que busca lo
absoluto, y que Kant resume en 3 ideas fundamentales:
1.
IDEA DEL ALMA: unidad absoluta
del sujeto pensante.
2.
IDEA DEL MUNDO: unidad absoluta de lo fenomenológico.
3.
IDEA DE DIOS: unidad absoluta de la condición de todos los objetos
del pensamiento en general.
La razón produce estas ideas pero no
llega nunca a su conocimiento total. El hombre piensa en lo
absoluto, pero no puede conocerlo.
Dios es
por definición, exista o no, la condición de todas las condiciones, el
fundamento último respecto de todo, la totalidad absolutamente completa de
todos los objetos. Su existencia es
indemostrable, separando así, esencia de existencia..
El
concepto de Dios escapa al conocimiento, pero no al pensamiento. Es un tema de
la conciencia moral.
CRÍTICA
DE LA RAZÓN PRÁCTICA
En
ella se propone solucionar los planteos sobre el Absoluto, en el plano moral.
Lo ético es la acción individual, lo moral es la abstracción.
Todo el tiempo somos seres Éticos,
la conciencia moral es la conciencia del deber
que manda de modo absoluto, más allá de mi conciencia. Es un aspecto humano, en la naturaleza no existe el “deber”, sino
el “suceder”. La naturaleza es el reino del ser, mientras que la conciencia
moral es el reino del deber ser (ideal de ser).
Nada
puede considerarse bueno en absoluto, solo la “Buena voluntad”, por definición, más allá de lo que realice.
El Deber
no es otra cosa que buena voluntad, en su conflicto entre la parte sensible y
la inteligible.
Imperativo Categórico:
es el principio por el cual se realiza el Bien, prescindiendo de todos lo
objetos de la facultad de desear (sin interés). “Obra según una máxima tal que puedas querer al mismo tiempo que se
torne ley universal”, es decir en una ley válida para todos.
Libertad,
es la razón o fundamento de que haya ley moral, es su condición, su posibilidad, su elección. Es lo opuesto al
determinismo. Solo tiene sentido hablar de Bien y Mal en un hombre libre.
El sujeto
es el origen del mundo, este es su producto, por que en él tiene su origen la legalidad, y el orden fenomenológico. Las
leyes surgen de él, pero él no está sometido a ellas. “Dos cosas llenan el ámbito de admiración y respeto, siempre nuevos y
crecientes, cuando con más frecuencia y aplicación se ocupa de ellas la
reflexión: el cielo estrellado sobre mí y la ley moral en mí”.
CRÍTICA DEL JUICIO
Kant aborda aquí los principios de la sensibilidad y del gusto
en general, aplicados a la percepción de lo bello y del arte.
Antes que él Alexander
Baumgarten (1714-1762), define el término Estética, como filosofía del
Arte, donde se elabora la teoría del conocimiento sensible. Para él lo bello es
la intuición de lo perfecto. Winckelmann
agrega que el arte no es una reproducción, sino una conformación ideal de
la naturaleza. Hume concibe el gusto
como la facultad humana de discernir lo bello.
Para Kant en el Arte
como en la ciencia y en la moralidad existen principios a priori.
Divide su Crítica del Juicio en 2 partes:
1.
CRÍTICA DEL JUICIO ESTÉTICO (placer sin finalidad)
2.
CRÍTICA DEL JUICIO TELEOLÓGICO (en relación a una finalidad)
El Juicio
es una operación lógica entre dos miembros. El Juicio Reflexivo, considera
un objeto ya constituido y lo pone en relación, lo refleja hacia otros dominios.
Es un movimiento que va hacia el interior del sujeto, produciéndole placer o
dolor. La conciencia humana “enlaza” objetos ya constituidos con finalidades
conforme a ciertos principios a priori.
El gusto
es la facultad de discernir lo bello mediante un juicio (diferente a lo lindo,
particular y subjetivo), según 4 caracteres:
1.
CUALIDAD: se refiere al placer desinteresado que los objetos
representados despiertan en el sujeto. La ausencia de interés diferencia a lo
bello de lo agradable y lo bueno.
2.
CANTIDAD: lo bello gusta a todos los que tienen experiencia para
gozarlo. Es un valor universal (posibilidad de ser comunicado a los demás), más
allá del sujeto particular, y depende de la educación estética
(no es genético). Lo particular en el arte es que es representación, imagen
(producto de la fantasía) y no concepto (producto del entendimiento).
3.
RELACIÓN: la finalidad de lo bello se haya en relación a sí misma,
es inmanente, intrínseca al objeto
representado.
4.
MODALIDAD: el producto es bello cuanto se reconoce, fuera de todo
concepto, como materia de satisfacción necesaria (no puede ser de otra manera).
El juicio del gusto
es la facultad de discernir lo bello mediante la imaginación libre (acción
creadora del observador).
Partiendo
del concepto de lo Sublime, como la idea
de lo infinito, inconmensurable distingue 2 tipos de Belleza:
1.
SUBLIME MATEMÁTICO: el sujeto se imagina algo grande, por encima
de todo, pero lo concibe como creación suya. Se siente creador omnipotente.
2.
SUBLIME DINÁMICO: aquí el sujeto en cambio frente a algo grandioso
se siente insignificante y temeroso, (dynamis: fuerza). Lo ominoso.
Sobre
los juicios estéticos reflexivos
aclara la diferencia entre:
·
Lo
agradable como el resultado directo de los estímulos reflejados sobre el
sujeto, no cultiva a la persona.
·
Lo
Bello como el resultado de la
representación (elaboración de cierta cualidad) de un objeto proyectado en la
intimidad del yo, que cultiva a la persona.
·
Lo
Sublime yendo más lejos, despierta la conciencia de lo suprasensible,
potencia la personalidad.
·
Lo
Bueno al postular la ley de la dignidad humana, supera el juicio
reflexivo (particular), y se hace juicio determinante (general) de la libertad
(ética). También potencia la personalidad.
El Arte
(diferente a la naturaleza), es producto
de una creación y contemplación “desinteresada”. El “Genio” es el mediador entre el arte y la naturaleza, el que
produce una síntesis entre la
imaginación y el entendimiento (donde el entendimiento disciplina a la imaginación).